‘La cara es el espejo del alma y los ojos son sus intérpretes’. Cicerón.
‘A partir de los 40 tenemos la cara que nos merecemos. “Los expertos en morfopsicología (ciencia clínica y humana que estudia la correlación entre rostro y mente) afirman que sobre la base de la herencia genética, hemos ido moldeando una fisonomía, reflejo de nuestra forma de ser, de las actitudes que predominan en nuestra vida y de los sentimientos frecuentes”, explica Teresa Baró, experta en habilidades de comunicación personal. Es decir, si una persona ha sido muy seria, una vez que llegue a la madurez puede que se le hayan marcado en el rostro unas arrugas hacia abajo, un rictus fruncido. Esta especialista apunta que las arrugas o los surcos son el resultado del movimiento repetido de los músculos y de horas y horas de mantener una misma expresión.’ (*) [Read more…]