‘Con los años vamos acumulando toxinas que nuestro cuerpo es incapaz de eliminar por sus medios naturales de depuración ya que las ‘cañerías’ están más que obstruidas.
Tenemos que saber que lo que no metabolizamos se convierte en lo que lo chinos llaman flemas, es decir, sustancias insuficientemente degradadas que no se eliminan de nuestro cuerpo sino que se van acumulando a sus anchas por él. Y ya no sólo se trata de grasa subdérmica como la antiestética celulitis, aquí ya hablamos de palabras mayores como los quistes, fibromas, miomas y del cáncer. Si, así empiezan las patologías tumorales.
Veamos qué dice nuestra querida wikipedia al respecto: ‘El cáncer es una enfermedad provocada por un grupo de células que se multiplican sin control y de manera autónoma, invadiendo localmente y a distancia otros tejidos. El término cáncer fue utilizado desde la época de Hipócrates y proviene del término griego karkinoma equivalente al latino cáncer. El cáncer es el resultado de dos procesos sucesivos: el aumento de la proliferación de un grupo de células denominado tumor o neoplasia y la capacidad invasiva que les permite colonizar y proliferar en otros tejidos u órganos, proceso conocido como metástasis.
El comportamiento de las células cancerosas se caracteriza por carecer del control reproductivo que requiere su función original, perdiendo sus características primitivas y adquiriendo otras que no les corresponden, como la capacidad de invadir de forma progresiva y por distintas vías órganos próximos, o incluso diseminándose a distancia (metástasis), con crecimiento y división más allá de los límites normales del órgano al que pertenecían primitivamente, diseminándose por el organismo fundamentalmente a través del sistema linfático o el sistema circulatorio, y ocasionando el crecimiento de nuevos tumores en otras partes del cuerpo alejadas de la localización original.’
Tuve la suerte de poder asistir a la clase del Dr. Carlos Nogueira donde habló de su cáncer y de la génesis del cáncer:
‘Flema: Toda sustancia ingerida insuficientemente degradada convirtiéndose en sustancias anómalas a la economía biológica. Estas sustancias son capaces de circular o depositarse originando lentitud circulatoria, obstrucción o depósito en forma de neoformación.
Los chinos lo definen como una humedad tóxica o un humor turbio también llamado ‘perversidad o maldad endógena‘.
‘La humedad a partir de un determinado nivel de saturación se convierte en perversidad endógena cuya traducción en occidente sería flema, esputo, mucosidad, escrófula y más modernamente cluster que disminuye la luz de los canalículos para posteriormente atorar espacios cada vez más amplios creando estancamientos, estasis, depósitos, quistes, placas, piedras, etc.’(*)
Como recordatorio agrego los alimentos reconocidos como los causantes de tantas enfermedades donde el denominador común siempre es el mismo, la flema:
– Lácteos y derivados, refinados (cereales blancos y harinas blancas, bollería…), trigo, gluten, azúcares y edulcorantes artificiales, grasas saturadas, soja y todos sus derivados, alimentos transgénicos, productos enlatados o envasados, proteínas de animales alimentados con hormonas, antibióticos, etc, comida ‘fast-food’, bebidas frías, exceso de alimentos crudos, bebidas carbonatadas, zumos industriales, frutos secos, snacks, aditivos alimentarios…
‘La ingesta de alimentos de los que se eliminan los componentes de su constitución externa (refinados) origina estados carenciales que el organismo trata de compensar acelerando su actividad de absorción. Consecuentemente se produce un hipofuncionamiento de la función peristáltica. Este desequilibrio origina por un lado, que se incrementen los aportes de sustancias al torrente sanguíneo por hiperabsorción y por otro, que disminuya la motilidad intestinal por hipofuncionamiento. Esto conduce a la aparición de elevadas tasas de elementos que deberían de degradarse con el riesgo de depósitos (flemas) y al estreñimiento o lentificación del tránsito intestinal.’(*)
‘El consumo excesivo de alimentos fríos, crudos y de lácteos (quesos, leche, yogures…) puede producir una Humedad interna que afecta al Bazo y es almacenada en Pulmón (el Bazo produce la Flema y el Pulmón la almacena). En este caso habría esputos abundantes, flemas y asma.’ Fundamentos de la Medicina China. Giovanni Maciocia.
‘El exceso de grasas (comidas fritas, leche, quesos, nata, plátano, frutos secos o carnes grasas) producen formación de Flema o Humedad que obstruye la función de Bazo: sinusitis, secreción nasal, sensación de cabeza atontada, cefaleas sordas, bronquitis, etc.’ Giovanni Maciocia.
Y los más pequeños no se salvan, sino todo lo contrario, ya que son los más vulnerables:
‘Las acumulaciones de mucosidades en el organismo del niño desencadenan una serie de mecanismos de descarga y a veces todos a la vez. Los síntomas más comunes incluyen expulsiones nasales, estornudos y tos y, en algunos casos, fiebre. Es lo que la gente llama comúnmente resfriado y que resultan de los excesos dietéticos (…). Si este desequilibrio dietético continúa causará la acumulación de más mucosidad y el niño se enfrenta a experimentar síntomas más graves en el futuro próximo como fiebre elevada, infecciones del oído interno, amigdalitis, vómitos, diarrea, bronquitis y otras complicaciones que surgirán después del primer año de edad’. Aveline Kushi.
Y no nos podemos olvidar de los pesticidas (ecológicos o no, en definitiva, son pesticidas); de las radiaciones electromagnéticas descontroladas (sobre todo por la noche al dormir con el móvil y el wi-fi encendidos o el stand by de la tele cuando nuestro sistema defensivo está más desprotegido); del uso indiscriminado de ordenadores y demás electrónica; de cocinar con microondas desnutriendo nuestra comida; de las contaminaciones de las ciudades; de la mala calidad del agua potable; de la ingesta de medicamentos de toda índole así como suplementos (vitaminas, minerales, comprimidos, etc) que el organismo no reconoce y, por tanto, no metaboliza. Ni tampoco podemos olvidarnos del estrés (un esfuerzo hiperadaptativo inútil) ya que es capaz, él solito, de causar problemas tan graves como, por ejemplo, un infarto de miocardio, es decir, necrosis del corazón.
‘El 60% de todos los cánceres femeninos están relacionados con la alimentación. Tanto los trastornos benignos como malignos de ovarios, mamas y útero están relacionados con niveles de estrógeno demasiado elevados. Una alimentación alta en hidratos de carbono como los refinados puede contribuir a aumentar los niveles de estrógenos metabólicamente activos en la sangre, ya que podría producir un elevado nivel de triglicéridos que desplazarían a los estrógenos de las globulinas que los contienen. Una alimentación rica en cereales integrales puede bajar los niveles de estrógeno disminuyendo así el riesgo de cáncer de mama ya que cambian el metabolismo del estrógeno en el intestino: se excreta más y queda menos cantidad disponible para ser asimilada en el torrente sanguíneo.’ Dra. C. Northrup.
Continuemos:
Esa humedad (flema) puede afectar a cualquier rincón de nuestro cuerpo como, por ejemplo, a nuestro sistema respiratorio apareciendo un asma obstructiva o una bronquitis o puede llegar a la parte alta del cuerpo y dar vértigo, mareo, obstrucción en oídos y nariz como también puede afectar a nuestra cabecita pensante dando, por ejemplo, estados maníaco-depresivos.
Y esta flema tiene dos opciones: Una es que circule a sus anchas por nuestro cuerpo como, por ejemplo, el exceso de glucosa circulante que deshidrata el interior de la célula dando sed y sobrecargando al riñón. Y dos, que se deposite, por ejemplo, ese exceso de glucosa (típico en la diabetes) en la hemoglobina de la sangre formando la hemoglobina glicosilada responsable de la microanginopatía y de la nefropatía. Podría poner más ejemplos pero el de la glucosa es el más evidente. Otro tipo de flema que se deposita y es bastante obvia y típica sería la celulitis.
¿Y cómo podemos saber que tenemos flema? En un simple análisis de sangre si tenemos altos nuestros niveles de colesterol, glucosa, triglicéridos, ácido úrico, urea, bilirrubina, transaminasas y marcadores de inflamación (proteína C reactiva, pruebas de reumatología…).
Entonces, ‘la flema le pone el nombre a la enfermedad: Si lo que se acumula es glucosa será una diabetes; si lo que se acumula es colesterol será una hipercolesterolemia; si lo que se acumula son triglicéridos será una hipertrigliceridemia; si lo que se acumula es ácido úrico será una hiperuricemia; si lo que se acumula son transaminasas o bilirrubina será una hepatitis (la hepatitis aguda es una enfermedad inflamatoria aguda por flemas); si lo que se acumula es el antígeno prostático específico (PSA) será una prostatitis… Y todo es un problema metabólico. Cualquier sustancia que aparezca exagerada en el producto normal del metabolismo es una flema.
Por tanto, el tumor se reconoce a través de su marcador tumoral que es una flema, es decir, por un error metabólico que tiene, es decir, por tener un metabolismo alterado.’ (**)
Además del análisis de sangre podríamos saberlo, de manera más evidente, a través de las radiografías o ecografías como, por ejemplo, un ganglión, una mastopatía fibroquística, un quiste ovárico o una calcificación de una tendinitis.
Como dice el Dr. Javier Álvarez: ‘La base de la Salud es movilizar, desatascar, desobstruir la flema y hacer que fluya.’
Así que tampoco nos podemos olvidar, entre todo lo visto anteriormente del ejercicio físico.
Termino con un pequeño fragmento del libro de Guylaine Lanctôt:
‘Un síntoma es la manifestación física de un problema más profundo que no está a la vista. Los síntomas son el lenguaje del cuerpo. Desgraciadamente nos obstinamos en callar los síntomas -dolor, fatiga y malestar- así como borrar las manifestaciones externas como la fiebre, las inflamaciones y tumores por no hablar de restablecer las cifras: colesterol, azúcar, calcio. Para finalizar, también hay que normalizar los comportamientos: la insumisión, la depresión, la ansiedad.
El síntoma es importante. Nos advierte de que algo no va bien ahí dentro. Cuando tratamos los síntomas no ayudamos en absoluto a nuestro cuerpo y menos aún si lo atiborramos con medicamentos. Con cada intervención, química u otra, desequilibramos aún más un organismo que se mantiene a duras penas. Destruimos nuestra salud. Caemos enfermos.
La enfermedad tiene su origen en el alma: la causa.
Que se instala en los cuerpos invisibles: el problema.
Y se manifiesta en el cuerpo visible: la manifestación.
Un problema sin resolver sale caro ya que reaparece constantemente. A veces el problema se camufla, pero en cada oportunidad seguirá gritándonos pidiendo atención y socorro. Cada vez gritará más fuerte mientras nos empeñemos en hacerlo callar con medicamentos también cada vez más fuertes. Así hasta que el cuerpo no puede más y explota. Entonces llegan las prisas, el hospital, la cirugía y las interminables pruebas.’ Ghislaine Lanctôt.
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.yoisasi.com
Otras fuentes:
Libro Acupuntura Bioenergética. Dr. Carlos Nogueira.(*)
Clase ‘Flemas’. Dr. Carlos Nogueira.
Clase ‘Movimiento Tierra: Estómago/Bazo-Páncreas’. Dr. Javier Álvarez.(**)