Otro más a la lista de los marginados, otro más que tiene mala fama y mala reputación. Hace unos veinte años, si mis cálculos no van mal, nadie sabía lo que era el colesterol y de la noche a la mañana pasó ser orden del día y todo el mundo hablaba de él creyendo que se trataba de algo malo para nuestro cuerpo, de una enfermedad. Y justamente es todo lo contrario, simplemente es un tipo de grasa que forma parte de la composición de la sangre y que es vital para nuestro organismo. Pero el boom ya estaba en la calle y fue el momento propicio para que hicieran aparición cantidad de medicamentos y ‘alimentos’ que se suponían que bajaban el colesterol, como si lo eliminaran. Y tuvimos ‘moda colesterol’ para rato, que sigue vigente, por cierto. [Read more…]
OBSESIÓN MANIÁTICA por la LIMPIEZA HEPÁTICA.
Hay una manía obsesiva actual por limpiar el hígado y sobre todo en primavera. Es el momento en que la industria de la dietética saca sus compuestos hepáticos: la dieta de la alcachofa, la dieta del sirope de arce, kit de plantas para limpiar y drenar… Y los terapeutas ya se han puesto al día sacando cantidad de libros sobre remedios y curas de limpieza.
En fin, como veis, otro negocio más, pero claro, ‘natural’. Los que soléis leerme sabéis que no soy partidaria de estas curas, ni de tomar suplementos ni productos milagrosos, ya que todos éstos tienen un mensaje claro: ‘Ponte las botas, excédete con comilonas y alcohol. No te preocupes, nosotros luego tenemos la solución’. Y yo lo pondría más claro: ‘Estropea y daña tus órganos, altera tu sistema digestivo, ensucia tu sangre con productos químicos, sobrecarga a tu hígado que luego con estos productos dietéticos conseguiremos que tengas que seguir utilizándolos por mucho tiempo si antes no te ha aparecido una hepatitis u otra enfermedad grave’.
EL GRAN CONSUMISMO INCONSCIENTE
En estas fechas me siento bastante indignada por muchas cosas. Supongo que vamos creciendo y con la edad nos hacemos más ‘gruñones’. Es época de Navidad, lo que significa que llega el ‘gran consumismo’, saliendo todos a la calle a gastar como si fuera a venir la Tercera Guerra Mundial. Vamos, a una se le pone los pelos de punta al ver cómo la cuenta bancaria cae en picado al comprar los típicos regalos ‘por compromiso’, multitud de cosas inútiles y exceso de comida a causa del engatusamiento de los grandes almacenes con las promociones engañosas de ‘llévate 5 y sólo pagas 2’.
Por eso digo en voz alta, ‘¡manda huevos!’:
– Ver cómo nos toman el pelo con lo que compramos, ya sea comida, toda ya adulterada de una forma u otra; ropa, carísima de mala calidad que no te dura ni dos lavadas; electrodomésticos para hacerte la ‘vida más fácil’: secadoras, lavavajillas, máquinas quitapelos, máquinas de café expresso (muy monas, caras y nada ecológicas), ipods, iphones, ipads, vamos, gasto, gasto y más gasto de dinero, de energía y de vida. ¿Qué seríamos nosotros sin la alta tecnología vanguardista? Y pensar que sólo hace unos años íbamos por la vida sin móvil y sin GPS y nadie se perdía…
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HUEVOS DE ORO.
A principios del s.XX el gallinero perdió protagonismo y se lo cedió a la granja avícola, donde ahora todo se hace a gran escala. Las gallinas ponedoras nacen en incubadoras, son alimentadas mayoritariamente en el laboratorio y pasan un año produciendo unos 250 huevos sobre mallas de alambre y excrementos y bajo luces eléctricas, sin ver nunca la luz del sol.
‘La gallina ya no es un ‘ser vivo’ sino un simple elemento de un proceso industrial cuyo producto es el huevo’.
No hace falta ser un experto para darse cuenta que las cosas han cambiado mucho, y que los huevos que compramos ya no nos aportan todos los nutrientes como lo hacían los auténticos huevos, puestos por gallinas que vivían al aire libre y con una dieta a base de granos, hojas, insectos y lombrices. No hace falta ser un experto (me repito) para saber que unas gallinas alimentadas con pienso comercial de soja y pescado, confinadas en jaulas y atiborradas a antibióticos, no nos van a dar unos huevos sanos y nutritivos sino más bien, alergias o la famosa Salmonella enteritidis, la culpable de un gran número de intoxicaciones, causando diarreas o infecciones crónicas más graves en diversos órganos del cuerpo, por consumir huevos crudos o poco cocinados. Lo ideal sería comprar huevos refrigerados y meterlos cuanto antes en el frigorífico, concinándolos suficiente para eliminarla (unos 60ºC durante cinco minutos, o 70ºC durante un minuto). [Read more…]
AZÚCAR: DULCE AMARGURA
Mi gran deseo es que comencemos a ser conscientes de todo lo que nos metemos por la boca. A veces estamos picando y hablando y no nos damos cuenta ni de lo que estamos comiendo.
Cuando terminen las Fiestas Glotonas y después de tantos atracones, convites, copas, comidas familiares hasta las ocho de la tarde, seremos conscientes de que hemos engordado más de cinco quilos en tan sólo unos días. ¡Todo un record! Lo único que nos consuela es que es invierno y al ir tapaditos todo queda bien escondidito. Aunque en el momento de la ducha nadie tiene escapatoria. Uno se enfrenta a sus barriguitas, a sus celulitis, a sus papaditas… Nos sentimos pesados tanto física como mentalmente.
Resumiendo, una aglomeración de toxinas que corren por nuestra sangre y que están a sus anchas en nuestra grasa. Sí, es en la grasa donde las toxinas se van acumulando.
Preocupados por todo lo anterior buscamos soluciones rápidas, así que vamos a la farmacia o a esas tiendas que te prometen perder peso con sus galletitas de fibra, en busca de laxantes, diuréticos i batidos ‘milagrosos’ y tomamos grandes cantidades deseando quitarnos un ‘peso de encima’. Al poco tiempo vemos que los laxantes nos están destruyendo los intestinos, que los diuréticos nos dejan los riñones doloridos y los batidos nos ‘matan de hambre’.
Al princimo estamos llenos de energía, un poco acelerados, eufóricos, debido a los componentes químicos añadidos para esconder el hambre y quemar grasas que afectan al sistema nervioso, tales como la efedrina y la cafeína. Después de todo ésto, habremos de pagar el peaje del cansancio, la apatía y por supuesto, del hambre. Es entonces cuando comenzamos a notarnos sin energía, cansados, ya que nos hemos negado a nutrir nuestro valioso cuerpo y en su lugar lo hemos ‘atiborrado’ de químicos que nos roban los minerales, vitaminas y aminoácidos esenciales para mantener la vida del ser humano. Así que lo maltratamos comiendo de más y luego lo volvemos a maltrartar dejándolo sin provisiones, sin víveres… [Read more…]